Fundación Arte e HIstoria Ferrer-Dalmau

Fernando Alejandre Marínez General de Ejército (Reserva), fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa entre los años 2017 y 2020. Actualmente es Vocal de la Asamblea de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y consultor en destacadas empresas del sector seguridad y defensa.

Militar de carrera perteneciente a la XXXIV Promoción de la Academia General Militar, su carrera ha estado muy vinculada con las Unidades Paracaidistas. Además ha ocupado destinos muy relevantes, entre otros podemos señalar el de Segundo Jefe del Mando de la Fuerza Conjunta de la OTAN (2015-207) en el cuartel aliado de Brunssum (Holanda). Ha participado en varias operaciones internacionales en diversos escenarios: Irak (1991), Bosnia-Herzegovina (1993) o Kosovo (2003)

Pregunta.- General, ¿por qué es necesario un monumento a una unidad militar en la capital de España?

Respuesta.- En principio y más que ninguna otra cosa por respeto a la historia de nuestra nación. En las grandes naciones y la nuestra lo ha sido, la historia nacional y la historia militar prácticamente se solapan. Eso es lo que ocurrió en la España del Siglo de Oro. No fue «de oro» sólo por su política, su hegemonía, su comercio o sus artes también lo fue desde el punto de vista militar.

Al acabar la Edad Media fue España, como expongo en mi reciente libro «Rey servido y patria honrada», la primera nación europea que constituyó un ejército profesional y, sobre todo, NACIONAL. Un ejército del que formaban parte los Tercios y del que deberíamos sentirnos orgullosos y que merece ocupar un lugar de privilegio en el imaginario popular. 

Hace ya casi cinco años, a raíz del desfile de una unidad de aquellos Tercios por el paseo de la Castellana, se empezó a fraguar la idea de hacer un reconocimiento permanente a aquellas unidades y, sobre todo, a los soldados de España que lucharon en defensa de los intereses de nuestra nación entre los siglos XVI y XVIII (concretamente desde 1536 a 1706). 

Fue entonces cuando se empezó a pensar en que había que erigir un monumento a los Tercios en la capital de España. Un monumento no a la memoria del maestre de campo Romero, de Farnesio o de Requesens, sino a la de aquellos héroes anónimos que llevaron el nombre de España por los confines de Europa y, de alguna manera, del mundo.

Pregunta.- ¿De quién partió la idea?

Respuesta.- Después de aquel desfile, siendo yo Jefe de Estado Mayor de la Defensa, recibí en el que era mi despacho al teniente general César Muro Benayas y al fundador de la FFD, Augusto Ferrer-Dalmau quienes me presentaron el proyecto del conjunto escultórico y a quién podía realizarlo, el escultor Salvador Amaya.

Quedamos entonces en que el conjunto estaría inspirado en cuatro figuras del famoso cuadro de Ferrer-Dalmau «Rocroi, el último Tercio» y que buscaríamos el máximo apoyo de la sociedad civil. Fue entonces cuando el teniente general Muro, a la sazón presidente de la Asociación «Amigos del camino español de los Tercios» se puso en contacto con entusiastas del tema que cristalizaron en la Asociación «31de enero Tercios» que juega un papel clave en la campaña de suscripción popular.

Pregunta.- ¿Cuál es entonces el papel de la Fundación Arte e Historia Ferrer-Dalmau en el proyecto?

Respuesta.- Tras mi cese y pase a la reserva en 2020, es cuando surge la idea de crear una Fundación que impulse el Arte y la Historia militares. Estando a punto constituirse el Patronato, en una charla con el Patrono-Fundador, decidimos que fuera la propia Fundación la que tomase el testigo del proyecto. Así la propia Fundación podría garantizar que no se perdiese el impulso inicial por las trabas burocráticas, la falta de apoyo institucional o la terrible situación por la que atrave saba nuestra nación en plena pandemia. 

Poco después, el Patronato de la Fundación decide, en una de sus primeras reuniones, asumir el proyecto como algo propio e impulsar las acciones necesarias para buscar la financiación de un monumento de ese tamaño y porte. 

Pregunta.- General, ¿es el momento oportuno para un proyecto de esta envergadura?

Respuesta.- La verdad es que creo que llega tarde, casi trescientos años tarde. Estamos en deuda con aquellos héroes anónimos que, al servicio de la Casa de Austria, defendieron la soberanía de la Monarquía Hispánica durante casi dos siglos, protagonizando gloriosas gestas.  

Creo que estamos en deuda con aquellos soldados que a pie recorrían el Camino Español hasta llegar a la lejana Flandes y que constituyó un ejército que estuvo casi dos siglos en permanente campaña; un sinfín de grandes militares españoles pasó por ellos. 

A nadie le extraña pasear por la calle Julián Romero en Cuenca, la de Sancho Dávila en Madrid o la de Alejandro Farnesio en Alcalá de Henares.

¿No es ya hora de saldar nuestra deuda de gratitud con los soldados a los que estos y otros muchos grandes capitanes mandaron?

Pregunta.- En su libro, el citado «Rey servido y patria honrada» he leído que los Tercios tuvieron, pese a lo que pueda parecer, buena fama ¿cree usted que fue así?

Respuesta.- Los Tercios tuvieron gran prestigio entre la sociedad española de la época y por eso los jóvenes acudían a la llamada a las cajas de recluta ya que sabían que con ello se ponían en la senda que llevaba a esa vida de fama y honor que rezan los versos de Calderón (soldado de los Tercios como Lope de Vega, el autor del verso que da título al libro).

Cierto es que también fueron objeto de esa manipulada y malintencionada leyenda negra que, lamentablemente, ha calado en algunas capas de nuestra sociedad pero, la historia es la historia; por lo menos hasta la «Unión de Armas» del conde-duque de Olivares, alistarse en los Tercios era un honor y privilegio para cualquier español.

Pregunta.- En qué consistirá el monumento

Respuesta.- Hemos partido, pues la ejecución de las figuras ya ha empezado, de la composición artística del cuadro del Patrono-Fundador, contando con el asesoramiento histórico de grandes expertos. Salvador Amaya está realizando un grupo escultórico, de inspiración clásica, sobre pedestal de piedra en el que estarán representadas algunas de las figuras más representativas de aquellos soldados del Siglo de Oro español: un arcabucero, un piquero, un abanderado y su capitán. Junto a ellos y a petición expresa de uno de los miembros del Patronato que ha escrito mucho sobre los Tercios y al igual que en el cuadro ya mencionado, habrá un perro.

Pregunta.- Y cuál será la ubicación del monumento

Respuesta.- La idea, como anteriormente dije, surgió tras aquel desfile por la Castellana y el lema de la campaña de suscripción popular es «pon una pica en la Castellana» por lo que el emplazamiento solicitado por la Fundación al Ayuntamiento de Madrid está ubicado en los jardines de la margen este del paseo de la Castellana, en la falda de la colina en la que se asienta la Escuela Técnica Superior de Ingenieros. 

La verdad es que, tras la llegada a la Corporación municipal del Alcalde José Luis Martínez-Almeida, todo han sido facilidades en este sentido y esperamos que la junta de Gobierno del Ayuntamiento dé luz verde al proyecto en fechas próximas. Los trabajos están ya muy avanzados.

Pregunta.- General, ¿Cómo se va a sufragar un proyecto que, si no me equivoco supera los 300.000 euros de presupuesto?

Respuesta.- Como ya he dicho antes, la Fundación asume tanto las gestiones de búsqueda de apoyos institucionales como la financiación que discurre por dos vías diferentes. Por un lado, la suscripción popular y, por el otro, la generosa y desinteresada colaboración ofrecida por instituciones como la Casa de Alba, la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas, ASFASPRO o algunas empresas, en su mayoría, del ámbito de la industria nacional de defensa.

En un caso se trata de aportaciones de carácter individual; en el otro de donaciones de grandes patrocinadores.

La idea es que en el pedestal haya una placa en la que recordando en primer lugar que el monumento se erige por suscripción popular, se incluya también referencia clara a esas entidades colaboradoras.

Pregunta.- General, ¿nos puede decir quiénes son esos «grandes patrocinadores»?

Respuesta.- De alguna manera es prematuro cerrar todavía el listado pues me consta que habrá incorporaciones pero, además de las ya citadas Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas, ASFASPRO y Casa de Alba, hay aportaciones importantes de empresas como Tecnobit, Escribano, SENER, EINSA UCALSA, General Dynamics  y algunas más.

Pregunta.- Ha hablado usted varias veces de la «suscripción popular», ¿podría darnos algún detalle?

Respuesta.- Nuestro propósito inicial era y es que el monumento sea un poco de todos y para ello nada mejor que la más amplia y abierta suscripción popular. Este sistema abre las puertas a todo aquel quiera participar, dando igual bienvenida a grandes o pequeñas aportaciones. Para ello se contó desde el principio con el apoyo de la mayor parte del denominado «mundo Tercios», empezando por la entusiasta Asociación «31 de enero Tercios» a la que acompañan en el esfuerzo la Asociación «Amigos del Camino Español de los Tercios» y la Fundación «Tercio de Extranjeros».

Fue la primera de esas Asociaciones y en concreto su presidente Juan Víctor Carboneras el que lanzó la campaña de subscripción popular a finales de enero. Duró hasta el 28 de mayo de 2022 y contó con todo tipo de garantías legales, incluida la de que, por tomar parte en ella, de acuerdo con la cuantía de la aportación se obtendrán diferentes beneficios además de la desgravación fiscal contemplada en la Ley. 

La aportación, dentro de esta campaña, puede hacerse por Internet a través del ya mencionado enlace «pon una pica en la Castellana» y por transferencia bancaria a la cuenta de la Fundación «Tercio de Extranjeros».

Pregunta.- Y ¿cómo va esa campaña que menciona?

Respuesta.- Con sinceridad, muy bien. A primeros de junio alcanzamos una cifra equivalente al tercio del coste del monumento lo cual nos pone en una posición inmejorable a la hora de afrontar las siguientes iniciativas que incluirán la venta de objetos de recuerdo, copias en miniatura de las esculturas que forman el monumento y otras similares.

Pregunta.- General, en un par de ocasiones hemos hablado de apoyo institucional, déjeme que le pregunte ¿con que trabas se ha enfrentado la FFD en este proyecto? ¿Con que apoyos cuenta?

Respuesta.- La Fundación decidió asumir las tareas de apoyo institucional que en su momento se realizaron desde el Estado Mayor de la Defensa y que habían contado, a principios de 2018, con el beneplácito del propio Ministerio de Defensa y, ya en 2019 tras la llegada a la Alcaldía de Madrid de José Luis Martínez-Almeida, del Ayuntamiento de Madrid.

De ese modo recuperamos el impulso perdido y conseguimos el apoyo de la Comunidad Autónoma de Madrid y del Ayuntamiento de la capital que resultan clave en un proyecto de esta envergadura y que, por ello, ha de superar esas trabas burocráticas inevitables en la España de hoy.

También contamos con el apoyo de las Fuerzas Armadas, tal vez sea mejor indicar, de sus miembros. La verdad es que, si bien no hemos conseguido un apoyo institucional, si hay un elevado número de militares, tropa, suboficiales y oficiales que están apoyando tanto económicamente como en la difusión del proyecto.

Pregunta.- Ya vamos acabando, mi general, ¿hay algo más que quisiera añadir para ayudar en su difusión del proyecto y de su importancia?

Respuesta.- Han pasado cuatro años desde aquel desfile por la Castellana de Madrid; ahora la Fundación Arte e Historia Ferrer-Dalmau está a punto de, con el apoyo de algunas instancias oficiales y de la colaboración de las Asociaciones «31 de enero Tercios» y «Amigos del Camino Español de los Tercios» y de la Fundación «Tercio de Extranjeros», hacer posible el sentir popular y de conseguir que en la capital de España se erija un monumento a aquellos Tercios.

Nuestro propósito es que el monumento pueda satisfacer a los admiradores de los Tercios que tanta gloria dieron a nuestra nación, a los amantes de nuestra historia y, en general, a todos los españoles. 

Somos conscientes de que estamos tratando de saldar una deuda de gratitud con los soldados que se encuadraron en aquellos Tercios y de que lo hacemos con 300 años de retraso. Eso no obsta a que lo hagamos con la misma ilusión con la que lo haríamos siglos atrás si estuviéramos leyendo las nuevas traídas por mensajeros a caballo en las que se hablase sobre el milagro de Empel o sobre la noche de Goes.

” la historia nacional y la historia militar prácticamente se solapan”

Fernando Alejandre

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