Jesús Fernández Úbeda
Va una confesión antes de comenzar la faena: por costumbre y, sobre todo, por respeto al interlocutor, siempre planteo las entrevistas utilizando el “usted”, incluso cuando el entrevistado es un buen amigo. Pero, en el ecuador de la conversación con David Muñoz (Cornellá de Llobregat, 1976), la mitad vocalista y lírica de Estopa, ese “usted” nos sonaba tan artificial, tan plastificado, tan impostado, que decidí/decidimos publicar la conversación sin aditivos, tal cual fue, al natural. Lo contrario, lo formal, nos chirriaba a ambos.
Tanto David como su hermano Jose –así, en llano, sin acentuar– son antónimos de conceptos como “farfolla”, “pompa” o “pedantería”. Carne de un libro del periodista Jordi Bianciotto (El libro de Estopa, Espasa, 2020), los hermanos Muñoz han conquistado los ochomiles de la música en español, que no es lo mismo que la música española, con humildad y con voracidad, jugando limpio, con mucho sacrificio y mucho duende, con discos memorables y temas que revolucionan el cuerpo y el alma.
Con la gira Fuego aplazada por evidentes motivos coronavíricos, en estos momentos, están inmersos en la composición de una nueva colección de canciones que desembocarán en su próximo álbum. Hace unos meses, durante una entrevista que les hice para Zenda, descubrí que eran amantes de la Historia y, por ello, en FD Magazine ponemos luz y profundizamos con David Muñoz sobre esta no tan conocida cara de uno de los compositores más importantes de la historia de la música no española, insisto, sino en español.
Pregunta.- Querido David: si yo te digo Augusto Ferrer-Dalmau, tú me dices…
Respuesta.- Que ni mi hermano ni yo somos expertos en pintura y que, aunque habíamos oído hablar muy bien de él en alguna crónica de Pérez-Reverte, su obra nos era lejana. Es como un cómic ultrarrealista, ¿no? Momentos vívidos de viejas batallas, he interpretado. Escuela de Goya quizá… ¿La degollá? (risas). No sé yo mucho de esto… no me hagas caso. Lo que sí he notado es que cuando veo esos soldados tan reales pintados en plano subjetivo, como si el observante fuera el enemigo, de esa forma tan real, el autor consigue dar miedo. Es como si vinieran a por mí.
Pregunta.- Durante la entrevista que os hice a ti y a tu hermano en Zenda, descubrí que os gustaba la etimología. El hecho de conocer e investigar el origen de las palabras, ¿os ha ayudado a la hora de componer? Supongo que la cosa puede dar mucho juego…
Respuesta.- Por supuesto. En tercero de BUP, allá por el siglo pasado, teníamos una asignatura optativa que se llamaba Lexicografía recreativa. Se trataba de conocer para qué sirven las palabras. Por ejemplo, me preguntaba: “¿qué hace el tiempo? Pues transcurrir. ¿Y el sudor? Pues escurrirse”. De esta manera, las palabras cobran vida y dan valor a la historia que se quiera escribir. Y, claro, para ello, conocer la etimología, el origen, es básico para poder jugar con los significados y los significantes. El castellano, como otras lenguas de la península, tiene en su origen aportaciones muy distintas y variopintas: latín, griego, árabe, godo… Eso las hace riquísimas.
Pregunta.- En esa entrevista también descubrí que os gusta la Historia y que leéis muchos libros, ya sean ensayos o novelas, que orbitan en torno a la materia. ¿Por qué?
Respuesta.- No sé qué tiene la Historia que me hace tan adicto a ella. Me da igual que sea verdad o no. Me flipa que alguien me cuente un buen cuento que haya “pasado” y que, al menos, pretenda ser real. El ser humano es muy antiguo. Mucho más de lo que algunos creen, sospecho. Eso lo hace protagonista de muchas aventuras y cuentos, tragedias y comedias, historias ciertas y mitos inventados. El pasado está ahí fuera. Debemos mirar hacia él porque es lo único a lo que atenerse.
Pregunta.- Cuando alguien utiliza la fórmula, en parte rimbombante, en parte acertada, de “Estopa: historia de la música española”, ¿qué piensas?
Respuesta.- Es un piropazo, sea verdad o mito. Si es mito… pues casi mejor, porque es lo que une a la gente al fin y al cabo. Además, son mucho más duraderos.
Pregunta.- Algo habréis hecho bien. ¡Hasta sois carne de libro!
Respuesta.- Sí que somos carne, pero de cañón. Nos enorgullece muchísimo que se cuente con nosotros para proyectos que nada tienen que ver con nuestros discos o conciertos. Alucinamos cuando nos llamaron de la compañía Mayumaná para hacer un musical solo con nuestras canciones, y flipamos cuando la editorial Planeta nos sugirió hacer un libro sobre nuestro mundo a cargo del genial Jordi Bianccioto. Alguna vez surgió el tema de hacer una peli pero, amigo mío, si algún día hiciéramos una peli, sería una de ciencia ficción en la que saldrían ovnis, zombis y algún cantante loco. Nada de obreritos exóticos que triunfan y consiguen su sueño.
Pregunta.- Volviendo a la Historia, ¿sobre qué episodio o personaje histórico os gustaría hacer una canción?
Respuesta.- Me alegro que me haga esa pregunta (risas). Precisamente ahora, estamos enfrascados en una sobre el rey David, que me parece un personaje fascinante y no porque me llame como él… o a lo mejor sí. La cuestión es que lo tiene todo: a veces es buenísimo y a veces es un chungazo. Sugiero leer el episodio de los prepucios (Samuel 18:25-27), que es increíble. La letra de nuestra canción empieza diciendo: “Estaba el rey David / tocando la lira, / buscándose la vida por las calles de Israel / con su profeta Samuel”.
Pregunta.- ¿La Historia de España tiene un plus de originalidad con respecto a la de otros países?
Respuesta.- La verdad es que sospecho que todas las historias de todos los países tienen un plus de originalidad para quien vive en ellos. La Historia de España me parece muy original, pero si la comparo con las historias de Egipto, Israel, Irak o cualquier país del torrente fértil, se me queda más normalita. Me parece a mí, es sólo una opinión personal.
Pregunta.- ¿Cuál es el episodio de nuestra Historia que más te llama la atención?
Respuesta.- Quedarte con un momento histórico en especial es difícil, pero si tengo que elegir, me quedo con la época prerromana. La de los íberos. Al no haber podido descifrar su lengua, pues no se sabe prácticamente nada sobre sus historias y leyendas. Eso nos da pie a imaginar, y en la imaginación surge el verdadero mito, ese que puedes moldear a tu gusto y adaptarlo a tus necesidades. Me gusta pensar que los íberos eran lo más.
Pregunta.- ¿Y el que más te desagrada?
Respuesta.- También es difícil quedarte con el peor momento. Habrá que imaginarse un momento en el que la gente fuera infeliz, insatisfecha, llena de prejuicios y de máxima desigualdad. Francamente, me viene a la mente el momento actual.
Pregunta.- ¿Por qué en España la Historia es un arma arrojadiza?
Respuesta.- Insisto en que aunque, efectivamente, en España los “hunos”, los “hotros” y los de más allá utilizan su interpretación de la Historia para defender sus convicciones, tampoco es algo específico de España. Que se lo pregunten a los estadounidenses, a los irlandeses católicos y protestantes, a los argentinos, a los venezolanos, a los cubanos o a los rusos, a ver qué se cuentan. Ellos pecan también de lo mismo. Utilizan la Historia como arma. Por eso creo que los países son todos iguales, como los hombres.
Pregunta.- ¿Estás al tanto de la polémica Leyenda negra vs. Leyenda rosa?
Respuesta.- Pues eso, que cada uno interpreta unos hechos objetivos de manera bien distinta. Los “hunos” dicen que Colón, Hernán Cortés o Pizarro eran como una ONG. Las Hermanitas de la Caridad, vaya. Que no hubo genocidio alguno y que se portaron genial con el pueblo nativo suramericano y, además, los culturizamos. ¡Chúpate esa! Luego, los “hotros”, dicen que si el genocidio de los españoles es el más terrible de la Historia de la Humanidad y que somos los más perros… A estos les recordaría que no se ve mucho piel roja entre el perfil del ciudadano medio norteamericano. ¿Se han extinguido solos? Permítame que dude. Entre la Leyenda Negra y la Leyenda Rosa, yo me quedo con la Historia gris.
Pregunta.- ¿Crees que, en las aulas, se enseña Historia de una manera adecuada?
Respuesta.- No puedo saber lo que ocurre en la actualidad. Yo tuve la suerte de tener los mejores profesores del mundo: Luis Antonio, José Luis… Ellos me enseñaron a ser crítico, la diferencia entre causalidad y casualidad histórica, el determinismo… Recuerdo una pregunta de examen: “Si Hitler hubiera muerto en la Primera Guerra Mundial, cuando era cabo chusquero, ¿hubiera habido Segunda Guerra Mundial?”. Lo fácil habría sido contestar que no, como en Regreso al futuro o Terminator (si los robots viajaban al pasado y eliminaban a Sara Connor, no nacería el líder de la resistencia humana que en el futuro les daba problemas), pero la respuesta correcta era la de que probablemente sí hubiera habido guerra. La Historia no depende de una persona, sino de muchos más factores.
Pregunta.- ¿Se ha adueñado el nacionalismo, ya sea periférico, ya sea centralista, de la divulgación de la Historia?
Respuesta.- Eso tampoco lo sé. En mi época de estudiante, desde luego que no; ahora no sé que decir.
Pregunta.- Para finalizar: hablando con el exministro Borrell, éste me advirtió de que en nuestro país no existe un “Museo de la Historia de España”. ¿A qué se debe esto: pereza o mala idea?
Respuesta.- No me había dado cuenta de eso. Teniendo el Museo del Prado, el Museo Dalí, el Museo Picasso y el Museo del Jamón, se me había pasado.
“Entre la Leyenda Negra y la Leyenda Rosa, me quedo con la Historia gris”