Jesús Fernández Úbeda
Antonio Pérez Henares (Bujalaro, Guadalajara, 1953) cuenta a FD Magazine que “no es lo mismo descubrir a un personaje en los libros que seguir sus huellas, que caminar por donde él ha caminado”.
Lo demuestra en su última novela, Cabeza de Vaca (Ediciones B, 2020), obra en la que el periodista y escritor narra, con el filtro de su experiencia y, sobre todo, de su personalísima y reconocible mirada literaria, la increíble vida del conquistador jerezano arrancando en su infancia, pasando por su experiencia militar, centrándose en la expedición fallida de Pánfilo de Narváez y en los nueve años que Álvar pasó recorriendo, con otros tres compatriotas y entre nativos, el sur de los actuales EEUU como el “gran chamán blanco”, hasta que llega a España –el resto de la biografía se resume en un epílogo breve; el lector tendrá, como poco, la sensación de que podría haber una segunda novela sobre este gran personaje–.
Conversamos en el jardín de Chani, un búnker cuasi selvático que refugia de un Madrid que hierve a casi 40 grados, el mismo día en que sale la segunda edición de Cabeza de Vaca. Comenzamos hablando de su portada.
Pregunta.- Señor Pérez Henares, ¿qué me puede decir de la portada de su último libro?
Respuesta.- Ya por la portada, el libro merece ser comprado. Ha sido un privilegio para mí. Creo que Ferrer-Dalmau es el mejor pintor histórico y no histórico. En esta portada, lo más importante es que ha sabido captar el espíritu del personaje y de la epopeya. Esos horizontes salvajes, ese blanco que va de conquistador, que acaba prisionero y esclavo, pero que tiene un gran carisma y liderato… De hecho, en esa imagen no hay un hombre vencido. En ese momento, ya era el “gran chamán blanco”.
Pregunta.- Dedica la novela a Miguel de la Quadra Salcedo.
Respuesta.- Como otros personajes de Iberoamérica, a Cabeza de Vaca me lo descubrió él. Fue en el curso de la tercera Ruta Quetzal, en el año 2000. Seguimos los pasos de Cabeza de Vaca desde Florida hasta México. No hice la totalidad de la ruta. Miguel me había pedido que fuera en su lugar al último Camel Trophy de la historia, por Tonga, Fiji y Samoa. Que ya no fue en todoterreno, sino en lanchas semirígidas. Lo mejor de aquel viaje fue que pude estar en la casa de Stevenson, en Vailima. Entre los diez libros que había allí estaba El Quijote. Y siempre recordaré cómo lo despidieron los indígenas, los polinesios: “Hola y adiós, contador de las historias”. ¿A qué escritor no le gustaría que lo despidieran así? Volviendo a Cabeza de Vaca, seguimos la ruta de él. Yo me uní en el actual Nuevo México. Cabeza de Vaca cruza desde Florida, todo el sur de EEUU, yendo siempre hacia el oeste. Es el primero que ve los búfalos. Les llama vacas corcovadas. Él y los suyos bajan por lo que es ahora la Sierra Tarahumara, por la Barranca del Cobre, y de ahí ya encuentran a los primeros castellanos. Entonces, este gran chamán va a tener un disgusto, porque estos castellanos quieren esclavizar a sus indios. ¿Por qué Miguel? Fue el que me descubrió este personaje. Y luego, no es lo mismo descubrir a un personaje en los libros que seguir sus huellas, que caminar por donde él ha caminado.
Pregunta.- ¿Cuánto de Chani tiene su Cabeza de Vaca?
Respuesta.- De Chani no lo sé, pero cada vez que veo la portada, a quien reconozco es a Miguel de la Quadra. Creo que se hubieran llevado los dos bien. Para hacer eso hay que ser un tiazo y yo no me pongo a ese nivel. Álvar es un hombre de una inmensa valentía, de una enorme capacidad de liderato, y es muy diferente a los otros defensores de indios. Él ha estado con ellos, ha vivido con ellos, ha sido su criado. Es un soldado curtido: ha estado en las guerras de Italia, en la de los comuneros, ha visto decapitar a los líderes comuneros en Villalar… Lo que noto es que, con los semínolas, por ejemplo, dice: “Parecían gigantes, iban desnudos, unos flecheros extraordinarios…”. Te tiraban donde quisieran, no fallaban. Y les admira. O a los siux, que les salvan la vida en la isla de Malado. Los mira como hombres dignos. Y con los pueblos, lo mismo. Eran gente organizada, pacífica, y dice: “Serían los mejores súbditos de su majestad y no habría mejores cristianos que ellos”. En suma, es un tío que lo está mirando todo y que no tiene la idea de “yo soy más poderoso y me compadezco de esta gente”. Llega a tener un vínculo con ellos. Luego, es inteligente. Aconseja a sus compañeros que hagan marketing: que parezcan frugales, que hablen poco y sentenciosamente… Sabe que él tiene que liderar.
Pregunta.- Siempre me ha gustado la expresión “nuevo mundo”. Imagino a un porquero de Badajoz o a un buscón de Ciudad Real viendo por primera vez esas selvas, esos pájaros, esos indígenas… Debían pensar que estaban en otro planeta.
Respuesta.- No sólo aquello fue el “nuevo mundo”: el mundo entero fue nuevo. Lo trascendental de aquello es que, de un día para otro, el mundo, y ese es el gran descubrimiento de España, de Castilla y de Colón, era el doble de grande. Y había un continente más. Pero es que, al poco, aparece un señor en Sevilla, le preguntan “¿qué haces aquí?”, y dice: “Vengo de dar la vuelta al mundo”. El tal Elcano. La inmensa epopeya de España es la de decirle al mundo que es el doble de grande y, encima, que es global, que ha sido circunnavegado. La primera globalización del mundo la hace España. Y la lengua franca es la española. Por eso ese ataque furibundo y frenético que no ha cesado desde entonces. Atacan al gran gigante, a una nación pequeña que tiene esa inmensa trascendencia histórica. Además, España no hace un imperio colonial, como el inglés. Es España romana. España intenta reproducir España allá donde vaya. De ahí la Nueva España, la Nueva Galicia. ¿Dónde están hechas las primeras universidades? En Iberoamérica. Cabeza de Vaca, por supuesto, si no el mejor, fue de los mejores hombres que envió allí España. También hubo canallas auténticos, como el malo de la novela. Pero hay un contexto y unas consecuencias: las leyes de la corona española, desde el año 1500, defienden de una manera tajante, y es por la reina Isabel, al indígena. Por una razón muy simple: la reina Isabel dice que un súbdito suyo no puede ser esclavo. De esto se pueden quejar los negros, pero los indígenas no. Claro, inmediatamente se hacen trampas: se decía que si el indio estaba alzado o rebelde, se le podía cautivar. ¿Qué decía el malo, Nuño de Guzmán? Que todos los indios estaban alzados y así les ponía el hierro. Otra prueba: ¿cuándo se permite el matrimonio interracial? En el imperio español, desde el día uno, prácticamente. La reina Isabel le dice a los conquistadores que se casen con indígenas. El matrimonio se considera absolutamente legal y los hijos son herederos legítimos de todo aquello. No sólo no se prohíbe, sino que se propicia. ¿Sabes cuándo se legalizó el matrimonio interracial en EEUU? En algunos estados, en 1967. Y luego nos acusan a nosotros de haber hecho el genocidio. La yihad progre es una teocracia, una religión. Y sé de lo que hablo. Una religión que puede ser atea, pero a las pruebas me remito. Con unos mandamientos establecidos por los que se juzga todo. Van a acabar juzgando al Homo habilis. Van a decir que hay que repintar Altamira. Yo recuerdo a unos talibanes que volaron los Budas. Y a unos tipos del DAESH que volaron Palmira. Estos yihadistas progres, unos revolucionarios cebones, ¿por qué hacen esto? Creo que es la frustración de la termita: cuando tu generación es absolutamente incapaz de hacer algo útil para la Historia de la Humanidad, sólo se le ocurre destruir a aquellos que sí han sido capaces de dejar una impronta en la Historia de la Humanidad. Es la frustración del enano, del alfeñique, del que no vale para nada.
Pregunta.- ¿Quiénes fueron doña Catalina y doña Beatriz?
Respuesta.- Son su tía y su abuela. Él se queda huérfano jovencísimo. En realidad, la abuela que a él lo cría y le quiere tanto no es exactamente su abuela materna: su abuelo se casó de terceras con otra Cabeza de Vaca. Son las mujeres más importantes porque no aparecen otras mujeres en la vida de Cabeza de Vaca. Me ha costado Dios y ayuda encontrar el nombre de su esposa, pero no tuvo hijos con ella. Debió pertenecer a una familia judía. Y se casa porque él coge una pasta para poder hacer su soñado viaje, y ella se casa con un cristiano de rancio abolengo. No olvides que su abuelo fue el conquistador de la Gran Canaria y el tío, de Melilla. Luego, no se conoce ninguna pasión de Álvar con alguna indígena. En ese sentido, el que tiene una historia fascinante es Alonso de Ojeda, el capitán de La Virgen, conquense, de Torrejoncillo del Rey…
Pregunta.- Como insultaras a la Virgen delante de él, estabas perdido.
Respuesta.- Se batió en mil duelos y no lograron ni tocarlo una sola vez. Este se enamoró perdidamente de una princesa, que debió ser la hija de un jefe indígena de la zona de Maracaibo: la Guajira bella, Palaaira Jinnu. Y fue un amor inaudito. Se casaron, vino a la corte española, fue la inmensa sensación de la corte. Cuando él muere en Santo Domingo, muy pobre, lo enterraron en la puerta del convento de los franciscanos y, a los tres días de morir, apareció su mujer muerta abrazada a su tumba. Esa estatua está en Maracaibo. Espero que no la tiren.
Pregunta.- ¿Y cómo es eso de que Cabeza de Vaca intentó “subir los ardores sexuales” del duque de Medina Sidonia?
Respuesta.- Ahí estuvo a punto de vérselas con la Inquisición. Se calcula que el rey Fernando el Católico pudo tener unos 250 hijos fuera del matrimonio. Y los reconoció a casi todos, no se cortaba un pelo. Antes de casarse con Isabel, tuvo un hijo al que a los cuatro años hizo arzobispo de Zaragoza que se llamaba Alfonso de Aragón. Éste siguió la estela de su padre, tuvo hijos y, entre ellos, estaba Ana de Aragón. El empeño de Fernando el Católico era casarla con un duque de Medina Sidonia. Lo casa con un duque que era un poco florecilla. Le gustaban los jardines, estaba mucho con los curas, pero lo de follar (risas)… Entonces, la desesperación se apoderó de Ana de Aragón y de todo quisqui, y se les ocurrió que, trayendo unas putas de Sevilla, le podían subir los ardores. Ni por esas. ¿Qué pasó? Que ya que estaban pagadas… Entonces, posiblemente sería el tonto del duque el que lo contara a los curas, confesándose o yo qué sé, y estuvo a punto de liarse la de Dios es Cristo con Álvar, al que le encomendaron tal misión. Carlos V terminó decretando a este duque “mentecato e impotente” y Ana se casó con el hermanastro del duque, que acabó siendo el duque.
Pregunta.- Diría que en la primera parte de la novela, amén del protagonista, el personaje más relevante es Trifón. ¿Qué función cumple?
Respuesta.- Siempre meto en mis libros a uno de Guadalajara, y aunque tenía a Beltrán Nuño de Guzmán y al virrey, necesitaba a una persona que contara lo que yo quería contar, que fuera el guía, el sostén que aconsejara a un Álvar. Y como tengo un bisabuelo que se llama Trifón, y el nombre me gustó mucho, pues le puse Trifón. Es la voz de la gente, la de los marineros, la voz de la verdadera conquista y de lo que queda. Es el que cuenta, por ejemplo, que Cortés era un pájaro de cuenta. Porque, para golfo en faldas, don Hernán: salió de Salamanca por patas por un duelo que ganó; en Santo Domingo, tres cuartas partes de lo mismo…
Pregunta.- Qué tipo más cenizo Pánfilo de Narváez, ¿no?
Respuesta.- Este tipo ya la había cagado absolutamente cuando se va a detener a Cortés. Fíjate lo que le duró: Cortés, por la noche, le dio un golpe sobre el campamento, no tuvo una sola baja, a Pánfilo le dejaron tuerto y tres cuartas partes de su tropa se fue con Cortés. En este caso, el tío la caga al ir para la Tierra Florida. Tenía muchos apoyos en la corte, pero en Santo Domingo ya se le fueron de la expedición 140 personas. Se deja engañar por un piloto que no tenía ni idea. Cabeza de Vaca, segundo de la expedición, intenta por todos los medios que Pánfilo no cometa las gilipolleces. Hay una definitiva. ¿Qué quiere Pánfilo? Que no le mienten a Cortés y emularlo. Y él cree que Apalache será Tenochtitlán.
Pregunta.- Y no.
Respuesta.- Cortés sí sabía donde iba, pero él no. Tenía unos indicativos. No tenían lenguas, o sea, un indio traductor, ni sabía qué había, excepto selva. Sólo el capitán Castillo apoya a Cabeza de Vaca y en frente tiene a todos, pelotas de Pánfilo. Encima, Pánfilo le dice: “Como tú no quieres venir”, insinuando cobardía, “hazte cargo de los barcos”. Entonces, Cabeza de Vaca dice que irá se ponga como se ponga Pánfilo, porque ha herido su honor. Llegan a Apalache, eso no es Tenochtitlán, no les da ni para comer, deben volver, los ataques de los semínolas son tremendos, en los Everglades, imagínate en los pantanales, van aguantando, y Cabeza de Vaca ve que lo único que se puede hacer es construir cinco barcas y comprobar si el puñetero Panuco está de verdad cerca. En Galveston, las barcas van por un lado y por otro. Pánfilo de Narváez no le quiere echar un cabo para acercarse a costa, Cabeza de Vaca le pregunta qué hacemos, y Pánfilo dice: “Sálvese quien pueda”. Llegaron a costa todos, pero fueron muriendo como chinches.
Pregunta.- Uno de los aspectos que más me llama la atención de Cabeza de Vaca es la importancia que le daba al “recado de escribir”.
Respuesta.- ¿Cómo escribe un tío un libro como Naufragios después de nueve años, en los que ha estado al borde de la muerte, pasando un hambre terrible, frío? Sin embargo, toda una parte es de una precisión acojonante hasta en fechas. Que era un hombre culto y leído es cierto. Además, escribe muy bien. Tiene frases geniales. Por ejemplo, para decir “amanecer”, la expresión que utiliza es “al reír el alba”. Es preciosa. Yo la utilizo ahora.
Pregunta.- ¿Puede que la utilizaras en La mirada del lobo?
Respuesta.- Sí. Y, claro, estos tíos iban desnudos, perdieron todo cuando se les hundió su barca… Entonces, hago que él llevara sus notas en un bambú que ha cogido y ha sellado. Tenía que tener en algún sitio las notas. La primera parte está muy bien detallada. Luego, hay cosas que son como delirios, como febriles. Hay cosas que cuenta como de apariciones… Puede ser que venga del…
Pregunta.- ¿Del peyote?
Respuesta.- Puede ser. Yo estuve con los tarahumaras y al peyote no le di, pero al tesgüino bastante. Me santigüé, he de reconocerlo, bastantes veces. Te santiguas y bebes.
Pregunta.- Qué triste y qué español el final de Cabeza de Vaca, muriendo en un monasterio de Jerez de la Frontera “manso, derrotado y solo”.
Respuesta.- Esa es una de las versiones. Otra es que muere en Valladolid. Sus primos Cabeza de Vaca nunca le dejaron. Cuando, en el segundo viaje, le encadenan, ellos están con él, vienen con él y eran una familia muy poderosa. Empeñó todo lo suyo para seguir pleiteando. Pero, por otro lado, he leído que Felipe II le puso una renta y me cuadra más esto. Ten por cuenta que ya era viejo. Longevos como Pizarro, él y pocos más. El primer viaje lo hizo con 40 años; volvió con 50, y el segundo lo hizo con 55. Posiblemente, se retiró al convento porque tenía un componente místico. La expresión que más aparece en Naufragios es “Dios”. Pero es que, entonces, entender la vida sin Dios era absolutamente ridículo. Él en ningún momento pone en cuestión que lo que está haciendo está éticamente bien: la conquista y que los indios se hagan cristianos. Luego, joder, es que lo que hizo, ¿quién coño lo hace? Fue el primer blanco que se fue desde Florida al Pacífico. La historia era seguir el camino de las vacas, hacia el norte, o el camino del maíz, hacia el oeste. Y él es el primero que va hacia el oeste, el primer gran explorador del oeste. El personaje es cojonudo.
“Creo que Ferrer-Dalmau es el mejor pintor histórico y no histórico”