Por Jesús Fernández Úbeda
Entrevistamos a Pedro Carreño en la Plaza del Dos de Mayo, a pocos metros del monumento a Luis Daoiz y Pedro Velarde, en un lugar que hoy es un paraíso de hipsters y que, hace poco más de dos siglos, fue un infierno para los invasores franceses.
Nacido en Madrid en 1965, criado en Madridejos (Toledo), inició su carrera periodística en publicaciones regionales manchegas, formó parte de la redacción fundacional de El Siglo, hizo información económica en Telecinco, fichó por TVE, presentó y dirigió el telediario y, desde septiembre de 2018, se ocupa de Noticias 24h durante la madrugada del fin de semana.
También fue director de comunicación del Banco Popular y profesor universitario. Es secretario de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV) y Legionario de Honor. Conversamos, entre otros temas, sobre el sitio de Baler, el “ADN histórico” del español y sobre el pecado capital de nuestro país: la envidia.
Pregunta.- Señor Carreño, si yo le digo “Ferrer Dalmau”, usted me dice…
Respuesta.- Por este orden, un artista impresionante y un amigo.
Pregunta.- Tanto usted como Ferrer Dalmau son Legionarios de Honor.
Respuesta.- Igual que muchos grandes amigos que conozco. Fui nombrado Caballero Legionario de Honor el día que se conmemora el aniversario de la Legión, el 20 de septiembre del año 18, en el Cuartel de Montejaque. Quien me puso el gorrillo, el chapiri, fue el coronel Ramón Armada. Es una de las cosas que llevo con más orgullo. Hay pocos honores mayores que el de que la Legión, el Tercio, te diga: “Eres uno de los nuestros”.
Pregunta.- Y si le digo “Madridejos”…
Respuesta.- No sé ni por dónde empezar (risas). Un sitio de referencia durante toda mi vida. Yo soy de Madrid y muy madrileño, además, pero también soy muy manchego. ¿Cómo se puede compatibilizar? No lo sé, pero me siento así. Alguien dijo que Madrid es un poblachón manchego, y yo estoy completamente de acuerdo. Madridejos es el pueblo del que procede toda mi familia. Ahí está enterrado mi padre, con esto te digo todo. Tengo magníficos recuerdos de juventud y de no tanta juventud.
Pregunta.- ¿Es Castilla-La Mancha una región por descubrir a nivel nacional? ¿Es, digamos, una gran desconocida?
Respuesta.- Es una gran desconocida, incluso, para los castellano-manchegos. ¿Qué ocurre? Yo, que puedo presumir de habérmela pateado, puedo decir que es una región tan extensa, tan variada y tan llena de comarcas, tan plural en sus expresiones, aunque no lo parezca, que hay mucha gente que no ha viajado entre provincias. Hay gente de Cuenca que no se ha acercado a Almadén, por ejemplo. Aparte, cuando yo estudiaba, no existía Castilla-La Mancha.
Pregunta.- Era Castilla la Nueva, ¿verdad?
Respuesta.- Era Castilla la Nueva. Guadalajara, si no recuerdo mal, estaba en Madrid, y Albacete pertenecía a Murcia. Y creo que la noche antes de que se declarara Madrid como comunidad autónoma, los políticos castellano-manchegos decidieron que no querían juntarse con Madrid, porque eso les iba a quitar mucha importancia. Esto se lo escuché alguna vez a Joaquín Leguina. Volviendo a tu pregunta: ¿está Castilla-La Mancha por descubrir? Están por descubrir su riqueza gastronómica, sus gentes, su fauna, su cultura. Es una región extensísima: abarca desde Molina de Aragón hasta Despeñaperros. Estamos hablando de una porción de España enorme. Y con el hándicap de que siempre ha sido un territorio de paso: la gente pasaba por esas llanuras y no se detenía más allá de contemplar una estatua del Quijote.
Pregunta.- Abordemos el cuestionario histórico. ¿La Historia de España tiene un plus de originalidad con respecto a la de otros países?
Respuesta.- Por supuesto. Estamos hablando del país más antiguo de Europa y, por tanto, de uno de los más antiguos del mundo. Si no tenemos un pizquito de originalidad para diferenciarnos… Además, ¡con la mala leche que tenemos! (Risas) Los españoles hemos sido amados, temidos, odiados y respetados a lo largo de cinco siglos, y eso tiene que ser por algo. A veces lo hemos hecho muy mal, y a veces lo hemos hecho muy bien.
Pregunta.- Se le atribuye a Bismarck, creo que erróneamente, la siguiente frase: “España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido”. ¿La suscribe?
Respuesta.- Sí. Es así. Por eso, lo de ser español es muy complicado (risas).
Pregunta.- ¿Cuál es el episodio de nuestra Historia que más le llama la atención?
Respuesta.- Tres: la batalla de las Navas de Tolosa, que es clave no sólo en la Historia de España, sino en la de Europa; el Dos de Mayo: me encanta hablar de ese día, como lo citó Pérez-Reverte, como “un día de cólera”; y, sobre todo, el sitio de Baler. La gesta de los últimos de Filipinas. En esa iglesia, esos 32 soldados preservaron y fueron los herederos de toda nuestra gloria y de toda nuestra tragedia. Fueron, por eso, los últimos. En esa iglesia, en la otra punta del mundo, está el principio y el fin de lo que fuimos, de lo que somos.
Pregunta.- ¿En Madridejos?
Respuesta.- Sí señor. Hace muchos años, había una plaquita en una iglesia y ponía: “Fray Cándido Carreño, muerto en el sitio de Baler”. Yo tendría siete u ocho años y me quedé con ello. Pasó el tiempo y, modestamente, me puse a investigarlo. A partir de ahí, leí todo lo que pude sobre el sitio de Baler. ¿Cosas que me sonrojan? Pues mira, a algunos de los que estuvieron en Baler, en esa iglesia, les pilló luego la Guerra Civil y fueron fusilados por mantenerse fieles a la República. Después de estar defendiendo allí lo poquito que nos quedaba, el propio país, la propia nación, se encargó de fusilarlos. Así somos.
Pregunta.- ¿En el código genético de España va su autodestrucción? Creo que no se puede entender España sin sus enemigos autóctonos.
Respuesta.- Lo comparto. Si me permites, uno de los pecados capitales que subyace en esto que dices, es la envidia. No la codicia: los británicos sí se han caracterizado por la codicia. O los italianos por la vanidad. Estoy utilizando estereotipos, ojo. La envidia siempre nos ha caracterizado y así nos ha ido, para lo bueno y para lo malo.
Pregunta.- ¿Algún personaje histórico por el que sienta simpatía?
Respuesta.- Muchos. Dentro de lo que he leído, me llamó mucho la atención Juan Martín, El Empecinado. Se sale de su pueblo con dos amigos y dice: “Vamos a matar franceses, que se van a ir de aquí”. Tres años más tarde, manejaba un regimiento de 6.000 personas, y cuatro o cinco años más tarde, fue pasado a garrote vil en Roa, en Burgos, por los mismos por los que había luchado. Luego, podemos hablar de Isabel la Católica o Blas de Lezo, que están muy de moda.
Pregunta.-¿Alguno que deteste hasta el vómito?
Respuesta.- Últimamente hay algunos, lo que pasa es que no me gustaría que fueran personajes históricos.
Pregunta.- Dígame algún nombre. La Historia esta llena de “malos-malos”.
Respuesta.- Algún “malo-malo”…, mira, con la educación que tuve, nos enseñaban que los malos siempre estaban en el mismo lado. Con esto no quiere decir que reniegue de mi educación, porque luego he leído y, efectivamente, algunos fueron muy malos: los que se llevaron el oro, personajes que en la Guerra Civil hicieron perrerías… pero no quiero entrar en la Guerra Civil. (Piensa) De pequeño, estudié a un personaje, Pedro I, El Cruel. Su sobrenombre me llamaba la atención. Luego, cuando leí un poquito sobre este señor, resultó que luego no era tan malo. Al final, como las hojas de los libros se van pasando, depende luego del caleidoscopio con el que mires las cosas: uno es malo, luego no es tan malo, para otros es un héroe…
Pregunta.-¿Cree que el español medio es consciente de la Historia del país en el que nació o en el que vive?
Respuesta.- Creo que hay un ADN histórico. Si después de 500 años, siendo un país de los más viejos de Europa, no hubiera un sentimiento, un ADN, incluso para los que reniegan de él… Claro, aquí hay una contradicción: quienes reniegan del país, quienes quieren romperlo, lo hacen porque saben que esto está unido. En ese aspecto, tenemos un toque asiático, el yin y el yang, ¿sabes?
Pregunta.- Juzgar la Historia con una visión del presente es….
Respuesta.- Un error. Soy incapaz de juzgar a los señores de Altamira porque se comían, yo qué sé, la carne sin cocinar. Me parece un anacronismo, una crueldad, una ignorancia y una prepotencia.
Pregunta.- ¿Cuál fue el primer acontecimiento del que informó usted y pensó: “Esto tendrá una trascendencia de la leche”?
Respuesta.- El 11-S. Estaba en la redacción de Telecinco y, en aquella época, llevaba la información económica. Estaba en la bolsa. Y ese día, realmente, me asusté en el sentido de: “¿Qué está pasando, y qué va a pasar mañana?”. Noté que estaba ocurriendo algo muy importante. En aquel momento, no sabía describirlo. Con un poquito de proyección, si vemos lo que ha pasado en los últimos veinte años, casi todo tiene que ver, en gran medida, con el 11-S. Cuidado: igual el 11-S fue un desencadenante de algo que estaba ocurriendo.
Pregunta.- ¿Y el último?
Respuesta.- La pandemia va a ser algo que nos va a marcar. No sólo a nuestra generación: también a generaciones posteriores. Yo soy muy pesimista con lo que está ocurriendo. Creo que nada va a ser exactamente igual a como lo hemos conocido. Los hábitos ya están cambiando: de higiene, de relaciones sociales, comerciales, de trabajo…
Pregunta.- Para finalizar, pido al secretario general de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV) que recomiende a los lectores de FD Magazine un buen caldo manchego.
Respuesta.- Cualquier vino que pertenezca a cualquier DOP o IGP de Castilla-La Mancha merece su recomendación, pero el buen vino no es el que más se bebe: es con el que mejor se acompaña.
“La pandemia va a ser algo que nos va a marcar. No sólo a nuestra generación: también a generaciones posteriores”