María José Solano
David Summers nació en el barrio madrileño de Chamberí el 26 de febrero de 1964. Vivió en el Parque de las Avenidas, donde también vivía su amigo y compañero del grupo Hombres G, Javi Molina.
Es hijo del director de cine Manuel Summers y sobrino del periodista Guillermo Summers y líder de una de las bandas más importantes en la música pop rock en español para adolescentes de los años 1980, Hombres G.
En su juventud tocaba el clarinete, aprendió a tocar la guitarra y el bajo. Jueves 24 de octubre. Hoy me he levantado dando un salto mortal, el cielo está nublado, y a lo lejos tú, así que salgo a las calles de Madrid pensando que quizás no haya otro sitio que sea mejor para vivir y es verdad que la playa está lejos y no hay arena, pero esta noche saldrán las estrellas, estoy convencida. Y es que me dispongo a visitar ese bar donde David Summers, como en mis sueños, me ha citado.
Me ha prometido que, en ese bar, la música suena distinta que en otro bar. Así que allá voy. Tal vez sea hoy yo esa chica cocodrilo.
Pregunta.- Aquel chico que cantaba se describió muchas veces en las letras de sus canciones: sensible, romántico, torpe, tierno, ligón pero tímido…supongo que algo de eso había más allá de las canciones. ¿Cómo es el David Summers de hoy?
Respuesta.- Yo soy un tío al que le gusta la música, las chicas guapas, la tranquilidad, hacer mi trabajo, estar con mis amigos y poco más. Nunca me he metido en política, ni hablo públicamente de temas políticos, ni jamás me ha apetecido hacer una canción política; es un asunto del que siempre sales escaldado. Mira, hoy precisamente es el día en el que trasladan a Franco y es inevitable la referencia al tema de la tumba. Confieso que estoy muy sorprendido con todo esto porque ese tema estaba completamente olvidado; si acaso relegado a los libros de historia. Te aseguro que ni a mí ni a ninguno de aquellos que éramos jóvenes en los 80 nos importaba una mierda Franco. Eran rencores olvidados y estábamos a otra cosa más importante que era construir un futuro moderno y en paz. Me jode, sinceramente, que se hayan atizado estos odios absurdos, manejados políticamente por unos e interpretados erróneamente por otros. Me asombra que algunos de los que hacen más ruido en los medios, ni siquiera hayan vivido la dictadura franquista.
Pregunta.- Hoy también es el día del Concurso Internacional de música María Canals y las calles de Madrid se han llenado, para celebrarlo, de pianos de cola. Qué cosas, ¿no? Vamos entonces a quedarnos con la música.
Respuesta.- «En la carretera» es un maravilloso, triste y lúcido resumen del éxito. ¿Cómo ves el éxito hoy? Aquella canción la escribí con veinte años y a pesar de eso, es una canción reflexiva sobre el éxito porque cuenta la parte melancólica; la soledad, el desarraigo. Realmente el éxito como lo entiende le gente que es ese momento en el que todo el mundo te conoce, te tira del brazo, quiere una foto, quiere estar contigo, es algo a lo que nunca di demasiada importancia. Lo vivía zambullido en él con bastante asombro. Lo hablábamos entre nosotros (los cuatro Hombres G); nos decíamos `pero si solo es música ´ ¿Qué clase de histerismo es este? ¿Qué les pasa a las chicas? ¡Pero si ayer sólo éramos un grupo de amigos tomando cervezas en un bar de barrio! Y, a pesar de mi juventud y en mitad de toda la locura, yo intuía cosas, por eso escribí aquella canción. Los años me han hecho ver que mi intuición juvenil no estaba equivocada porque el éxito real es esto; llevar 36 años en la industria con una agenda llena de viajes, contactos, giras en México y EEUU para 2020. Llena de trabajo. Y seguir teniendo ganas de hacer cosas nuevas.
Pregunta.- Hay grupos que mueren de éxito, pero a vosotros no os destruyó; seguís trabajando. Sobrevivisteis unidos a todo aquello. ¿Hay algún secreto?
Respuesta.- En mi caso tuve la grandísima suerte de tener un padre como el que tuve, Manuel Summers. Él ya había pasado veinte veces por los lugares por los que yo pasaba y me dio valiosísimos consejos, como el de mantener los pies en el suelo. Siempre me decía: `el éxito y el fracaso, en el mejor de los casos, son temporales; persevera y nunca pierdas la cabeza por ninguno de ellos´. Yo, que ahora soy ese padre que da consejos, siempre que me lo piden, digo `No te rindas nunca´.
Pregunta.- Una vez oí decir a Alejandro Sanz que lo mejor para no perder nunca el norte es tener unos padres del sur…(risas)
Respuesta.- Puede ser. En mi caso desde luego se cumple, porque mis padres son de origen andaluz, de hecho, mi madre sigue viviendo en una casa de campo en Huelva. Ella me dio una educación exquisita; austera, humilde. Podríamos decir que mi madre me enseñó a ser buena persona y mi padre, a ser buen artista.
Pregunta.- ¿Y qué te enseñó la música?
Respuesta.- Es que la música nunca fue mi maestra, sino mi comida. La música es algo sin lo que no puedo vivir. En casa estoy escuchando música continuamente; recurro a mis ídolos de toda la vida para seguir aprendiendo de ellos o me engancho durante horas a Spotify para investigar y ver qué cosas nuevas se hacen hoy.
Pregunta.- ¿Algún ejemplo en concreto?
Respuesta.- A mí me gusta la música bonita; la que está hecha con honestidad; esa que huele a madera de guitarra y a sudor y a corazón. Me da igual que sea pop, rock, flamenco, música brasileña o jazz. Todo lo que está tocado y cantado con emoción, me interesa. Al fin y al cabo, cantar es decir la verdad y cuando mientes, se nota mucho. Me gusta que las letras de las canciones me pongan los vellos de punta, y te lo dice un tío que ha escrito «Marta tiene un marcapasos».
Pregunta.- Ahora que la nombras, ¿la letra de «Marta tiene un marcapasos» qué era? ¿Surrealismo, drogas, genio subversivo, una apuesta…?
Respuesta.- Yo no sé qué coño estaba pensando cuando hice esa canción. Estaría drogado o yo qué sé. (risas). Ese tema lo escribí con diecisiete años, fíjate, es de mis primeras canciones, por eso es tan simple musicalmente. Y la letra, bueno, yo era muy surrealista, como todos los chavales. Recuerdo que, en esa época, mi padre, que como sabes era humorista entre otras cosas, estaba haciendo chistes sobre la Pasionaria, que tenía un marcapasos. También en esos días se estrenó en los cines Alien, aquel bicho que salía del pecho. Supongo que, al sentarme a escribir se mezcló todo y salió esa gilipollez, que fue un exitazo. Todavía hoy, en los conciertos, la gente no es que me la pida, es que me la exige; si no la canto, se cabrean. Pero en serio, creo que lo más importante para escribir canciones es contar la verdad. Es como mirarte al espejo y contarte cosas tuyas. Creo que todas mis canciones tienen algo de eso porque yo siempre he contado cosas de la gente que tengo cerca. Podría hacer una canción sobre él (señala a Jeosm, que anda por ahí sigiloso, apuntándonos con su cámara). O una canción que hable ti; de mi experiencia sobre las cosas cercanas con las que vivo o me cruzo. Lo que hay más allá no sirve para mis letras; pierde emoción. Lo cercano carga la canción de veracidad y la gente te cree. Sin embargo, cuando cantas una canción que han escrito otros, o eres Frank Sinatra, o es muy difícil emocionar
“Ni a mí ni a ninguno de aquellos que éramos jóvenes en los 80 nos importaba una mierda Franco”
Pregunta.- Tal vez el éxito de los 80 y 90 de los Hombres G fuera precisamente ese, que fuisteis capaces de ponerle letra a la vida cotidiana de una generación.
Respuesta.- Puede ser. Al fin y al cabo, todos somos iguales y nos pasan más o menos las mismas cosas; todos acabamos jodidos cuando nos deja nuestro amor o nos sentimos los amos del mundo compartiendo una cerveza en el bar con amigos o cuando tu chica te sonríe…
Pregunta.- Eso me lleva a recordar vuestras baladas: «Si no te tengo a ti»; «Vuelve a mí»; «En mi coche»; «Un par de palabras»; «Te quiero»; «No lloraré» … Hay muchísimas canciones de amor en la discografía de Hombres G.
Respuesta.- Me gusta escribir canciones de amor porque nadie puede venir a decirte `eso no es así´. El amor lo vives a tu manera y en la música tiene que contarse así. Nadie puede conFD tradecir al amor. John Lennon decía: «Hay que escribir las canciones para una sola persona porque es la única manera de que todo el mundo se identifique con ellas». Sin esas baladas solo seríamos un grupo «cachondito», como Los Refrescos o Los Inhumanos. Yo siempre he querido que Hombres G fuese un Dr Jekyll and Mr Hyde, con una parte gamberra y divertida y otra parte emocional, y que ambas tuviesen el mismo peso. Para mí es ya muy difícil saber si en nuestra carrera es más importante «Sufre mamón» o «Temblando». Las dos son increíbles para la gente.
Pregunta.- Si un loco te hubiese disparado, como a Lennon, ¿se habría acabado Hombres G?
Respuesta.- Claro. Por supuesto (risas). Puede sonar un poco pedante, pero sin mí no tiene sentido Hombres G. Yo hago todas las canciones y las tengo que cantar, además.
Pregunta.- Siguiendo con aquellos éxitos, tenemos que recordar inevitablemente, «Venecia» ¿Cómo se te ocurre esa canción?
Respuesta.- En el año 82 yo tenía una novia italiana. En aquella época, todos los éxitos del verano eran canciones italianas y había un grupo que se llamaba Matia Bazar que cantaba una canción superfamosa y pegadiza llamada Mamma Maria (David tararea un poco la canción y mientras lo escucho, embobada, me alegro de que Jeosm haya terminado su sesión de fotos y no me retrate en este preciso momento). Entonces pensé hacer una canción italiana que fuese el hit español de aquel verano. Pero todo muy de cachondeo, en plan parodia, claro imagínate, tenía 18 años cuando la escribí. De hecho, la letra dice tantas barbaridades que no pudimos publicar la canción en Italia porque no podía sonar por la radio y no precisamente por las palabrotas, sino porque hablaba de la mafia. Nos vetaron la canción.
Pregunta.- Si analizáramos vuestras letras con la desquiciada mirada actual llegaríamos a la triste conclusión de que muchas de ellas hoy son políticamente incorrectas. Pienso en «Sufre mamón», que es la historia de una venganza.
Respuesta.- Hay tanto gilipollas; tanto tonto ahora mismo, que es abrumador. Antes te los encontrabas en grupo de cuatro o cinco hablando en los bares y diciendo tonterías y ahí si querías te enfrentabas, defendiendo tus ideas con argumentos o con lo que fuera, pero es que ahora con millones de tontos hablando simultáneamente en las redes, Uf. No puedes hacer nada. Yo creo que este virus de gilipollez que hay en todo el mundo y no solo en España, ojo, es por las redes sociales, sin duda. Ahí la tontería se extiende como la pólvora y se van creando más y más tontos y ese es un fenómeno imparable y grave, sobre todo para los creadores, que se están viendo obligados a autocensurarse. Cuando yo escribía «Sufre mamón», estaba siendo un comediante; estaba hablando de una venganza en un plano evidentemente cómico. Jamás le he echado polvos pica-pica a nadie (risas). Nuestras canciones, si te fijas, están llenas de humor.
Pregunta.- Desde luego que sí; estoy recordando «Rita la cantaora»; «La bomba fétida»; «Tu prima»; «He recuperado mi cabello». ¿Dónde está el humor en las canciones de hoy?
Respuesta.- En casi ningún sitio, porque ahora no se puede hacer nada; siempre vas a ofender a alguien, hasta con los chistes. Me extraña que aun no hayan hecho una hoguera pública con las cintas de chistes de Arévalo, Gila, Chumi Chúmez, los Martes y Trece, Mingote y con las de mi padre, por supuesto… Los grandes genios del humor de la historia reciente de España tenían chistes por los que ahora mismo los colgarían de los pies.
Pregunta.- ¿En este panorama, qué inspira hoy a David Summers para sentarse a escribir?
Respuesta.- En mi caso es la música la que me lleva a lo que quiero contar y no al revés. Primero compongo la melodía y es ella la que me pide la letra. A cada canción la trato como si estuviese sola en mi vida; como si no hubiese más canciones que esa. Por ejemplo, en nuestro nuevo disco, Resurrección, el tema «Que vuelvas ya», que es muy personal; muy dramático y muy de corazón, yo quería meterlo en un ambiente de cielo negro, oscuro, en una situación estremecedora. Llamé incluso a Hevia para incluir el sonido de una gaita que aportase al tema el aire escocés, gallego, nórdico, de temporal y brumas. Cada canción tiene su tratamiento porque luego viene el tema «Con los brazos en cruz» que es casi punk, muy macarra, muy irónica y con mala leche. Y después compuse «Confía en mi», una canción dedicada a mi hijo que nada tiene que ver con las anteriores. Esa alternancia la hemos hecho toda la vida: hemos hecho rock; rocanrol; pop, balada con piano, con orquesta sinfónica; reggae…menos flamenco y salsa, que no tenemos huevos de hacerlo, lo demás, lo hemos probado casi todo. Para nosotros todos los géneros son bienvenidos porque a estas alturas, ya tenemos un estilo personal y hagamos o que hagamos, lo convertimos en «Hombres G».
Pregunta.- ¿Cómo definirías el estilo de canciones de Hombres G?
Respuesta.- Como canciones bonitas. Punto. Mira, el otro día me llama Luz Casal y me dice «tío, hazme una canción para el disco nuevo, pero no me preguntes qué estilo; solo quiero que me escribas una canción que sea bonita». Y es así de sencillo. Porque al final, la resolución no tiene importancia; ya sea con orquesta o con un simple piano, si la canción logra transmitir emoción, es válida.
Pregunta.- También tenéis canciones-protesta como «El ataque de las chicas cocodrilo», hoy sería una rareza: un grupo de chicos guapos y famosos denuncian a sus fans por acoso.
Respuesta.- Jajajaja, nunca lo había pensado. De hecho, nuestras fans se autodenominan «chicas cocodrilo». Esta canción sigue siendo hoy un super hit. En los conciertos, la primera siempre es «Voy a pasármelo bien», que ya es casi un himno, y luego «Las chicas cocodrilo». Subidón total. Aunque yo creo que a Hombres G siempre se le recordará por «Sufre mamón». Esa canción encendió una pequeña llama que nosotros alimentamos durante 35 años echando palos o canciones buenas al fuego para que no se apagara, que es lo más difícil. En año el 93/94 se acabó el grupo y en 2002 el tema «Lo noto», volvió a ponernos arriba. Hoy, casi en 2020, lo que hemos hecho es ir alimentando la hoguera que encendió, por segunda vez, aquella canción.
Pregunta.- ¿Hay alguna canción que no os apetezca tocar porque no os guste o simplemente estéis cansados de tanto repetirla?
Respuesta.- Ninguna. Hombres G tiene la gran suerte de tener un numeroso repertorio de canciones que fueron exitazos y que aún nos piden. No entiendo a aquellos grupos que reniegan de su obra. Es una bendición haber triunfado con una o con veinte canciones famosas y poder repetirlas porque el público te lo pide. Las canciones, si son buenas, son un patrimonio eterno. En mi caso, estoy completamente seguro de que no voy a poder bajarme nunca de un escenario sin haber cantado «Sufre mamón».
Pregunta.- Ya lo predecías en aquella canción, «En la carretera», con la que empezábamos esta entrevista.
Respuesta.- ¡Es verdad! Es que en realidad escribes canciones sobre cosas que te pasan, te han pasado o te van a pasar: «intentando que la voz me aguante hasta el final, que tocaremos Sufre mamón». Es exactamente lo que me está pasando ahora mismo, 35 años después de haber escrito aquella letra.
Pregunta.- Si no fueses David Summers, ¿qué músico te habría gustado ser?
Respuesta.- Frank Sinatra, sin lugar a dudas. Es el mejor artista de todos los tiempos. Soy un auténtico fanático de Sinatra. Solo tengo dos autógrafos; uno de Siniestro Total, estampado en el disco Bailaré sobre tu tumba, y otro de Sinatra. Le vi en el 90 cuando vino a España, y al terminar el concierto me acerqué a su camerino y le pedí un autógrafo, pasando la mayor vergüenza de mi vida. El tío sacó del bolsillo interior del smoking una foto de cuando tenía 20 años y me la firmó con todo el glamour del mundo. La tengo enmarcada en casa. Eso sí, en la pared reservo un hueco para ver si algún día puedo tener un auténtico Ferrer-Dalmau. Es un pintor al que admiro muchísimo. Y fíjate que no nos conocemos personalmente, solo por redes sociales, pero estoy deseando poder visitar su estudio. Creo que es uno de los grandes pintores españoles de nuestro momento. Un genio.
“Yo soy un tío al que le gusta la música, las chicas guapas, la tranquilidad”